Día 3: 2 de Junio 2010
Me esperaba un día de trabajo lleno de responsabilidad, verdad y compromiso.
Durante el día de hoy llame 4 veces a Iniciativa Comunitaria para hablar con el Dr. Vargas Bidot, Director Ejecutivo del programa. Aproveche para hacer varias preguntas telefónicas y obtener información sobre el Negocio De La Prostitución en Puerto Rico. Luego en la tarde visite el edificio de Iniciativa Comunitaria, vi el movimiento de cómo se trabaja con las trabajadoras sexuales.
Durante la noche me llene el cuerpo de atrevimiento y me fui a la calle en busca de respuestas a mis preguntas. Eran las 11:30pm, se podía observar el movimiento de personas en las esquinas de la calle. Digo personas debido a que según “Sacha” el estar parado en la esquina de la calle vestida con trajes provocadores, pelucas, y maquillaje no te garantiza ser trabajadora sexual. “Ya que según sus cálculos no toda persona que se para a esas horas de la noche en la esquina de la calle reciben dinero por sexo”.
Interesante es ver como los estigmas sociales hacen eco de nuestros pensamientos cuando la mayoría de estas personas son vistas entre sí con otros ojos.
Aunque muchas personas que pelean por los derechos de las personas que se dedican a la prostitución en Puerto Rico están en contra de la palabra prostituta, tanto a Sacha como Sharon no les incomoda.
“Ya esto es nuestro estilo de vida, yo lo hago porque me gusta sentirme querida y amada”, responde Sharon.
Cabe señalar que tanto Sharon como Sacha solamente practican la prostitución cuando los tiempos están malos.
Sacha es estilista y estudia actualmente turismo. Y Sharon estudia enfermería.
Aunque ambas conservan su miembro masculino y no toman hormonas para el crecimiento de senos, se sienten mujeres.
“Supe que era mujer desde que el doctor le hizo el primer sonograma a mi mama”, dice Sharon de modo jocoso.
Aunque Sharon es homosexual, de día se proyecta y se viste como un hombre, ya que la mayoría de sus familiares no conoce de su doble vida.
Lo contrario a Sacha que ha sido abierta con sus familiares y durante el día es la misma persona que es durante la noche. Una dama en cuerpo de caballero.
En el transcurso de la hora que estuve compartiendo con Sacha y Sharon mientras ellas esperaban por el cliente a atender, observe muchos hombres que fluctuaban entre las edades de 55 a 60 años de edad. Hombres que parecían ser serios, acomodados y en carros lujosos.
“Entre nuestros clientes hay jueces, abogados, narcotraficantes, jóvenes que tienen fetichismos”.
(No se pierdan video-entrevista con Sacha y Sharon por Rubén CV24).
